miércoles, 12 de mayo de 2010

por fin volamos y llegamos

lunes 10 de mayo


Por fin pudimos subir al avión, tras largas semanas de espera y retrasos de vuelos, que si por un video, que si están molestos los del frente polisário, que si una puta nube de cenizas volcánicas arrasa con el cielo español, logramos despegar de Barcelona con destino a Argel.


con una hora menos llegamos a Argel, ni bien bajamos del avión, noté el cambio de cultura, el idioma, la gente. Al llegar al migraciones, un leve sentimiento de nostalgia invadió mi cuerpo, las cabinas donde aguardaban los policías para revisar desde la primera hasta la ultima hoja mi pasaporte, eran igual que las del aeropuerto de Lima, aunque un poco mas cutres, no pude resistir por un momento viajar y sentirme en el Jorge Chavez.


Tras una larga espera haciendo cola, escuchando un idioma en el que las palabras no significan nada para mi, me tocó el turno en la caseta, un policía joven no tenia mas de 30 años, le entregue mi pasaporte, lo revisó, en un ingles medio afrancesado me pregunto por mi dirección en Argel, y en el mismo ingles pero medio castellanizado le respondí que estaba de paso, que al día siguiente tomaría un avión para Tinduf, me miró y me dijo - polisário- y yo si si yes.


Al recoger las maletas ya sin el miedo estúpido y algo prejuicioso de que me las pudieran robar, nos encontramos com Brahim, un señor de unos 55 años muy amable, se acerco y nos saludo muy confortablemente no hizo sentir que no estábamos solos en un país en el cual ninguno de nosotros había estado jamas y no dominaba muy bien el idioma, nos escoltó por así decirlo, tras un tumulto de gente diciendo - cambio dinero- hasta una combi blanca donde nos dio dinero y nos condujo unos 15 minutos hasta un hotel.


ya una vez en el hotel, a mi me toco la habitación solo, Manu y Uri durmieron juntos, por primera vez en tiempo estoy solo en un lugar, aunque muy precaria y con olor a orines, esta es mi suite presidencial en Argel.


Al dejar las cosas en mi suite, decidimos ir a dar una vuelta para comer algo, y ver un poco el barrio, caminamos dando vueltas a la manzana y encontramos el kentaky fried chicken argelino, entramos, como siempre que estas en un país en el cual no hablan tu idioma, nuestra escasa comunicación en francés, las señas y las palabras masticadas en ingles mezcladas con el castellano dio resultado a un gran súper combo de papas cocacola y una hamburguesa de pollo, comimos no rápido sino fugaz, la gente nos miraba extrañada de como nos metíamos las papas fritas a la boca.


Caminando encontramos un malecón, el olor a mar nos sedujo hasta llegar a verlo, cual turistas que somos, caminamos bordeando la costa por el paseo de sementó con barandilla blanca, era un malecón con aires solitarios, la mayoría de casas que miraban al malecón estaban abandonadas y en ruinas, por un momento cerré los ojos e imaginé quienes pudieron haber vivido ahí, y la época en la que vivieron, como las ex-colonias terminan siendo las ruinas de los colonizadores. Seguimos caminando por el paseo, pasando grupos de hombres conversando sentados en las barandas, cual el parque del amor en miraflóres pero solo hombres, nos comenzamos a preguntar donde estaban las mujeres, ahí comenzamos a darnos cuenta en realidad del cambio de cultura en tan solo una hora de avión, no mas de 2000 km de distancia separados por un charco del océano atlántico que se cuela entre el estrecho.

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